Ella es así (relato/artículo)

Ella es así (relato/artículo)

La luz de la luna rielaba sobre las aguas del arroyo tranquilo, creando destellos plateados, efímeros, cambiantes, imposibles de capturar. Así era ella, igual que los rayos de luna. Se colaban a través de las copas de los árboles, creando sombras, hermosas, caprichosas, volubles. Justo igual que ella.

En las noches claras lo iluminaban todo, nada escapaba a su inquisidora mirada, pero cuando el cielo estaba cubierto, la cosa era muy diferente. A veces se podían vislumbrar entre las nubes, tan solo un instante; otras, conseguían resplandecer tenuemente, dejando ver que seguían ahí, débiles, sin fuerza; pero había noches, noches oscuras en las que era imposible adivinar su existencia. Noches tan oscuras que conseguían borrar su hermoso recuerdo, en las que aquellos rayos se convertían en un sueño lejano, ajeno.

Como ella. Así era ella. Tal cual. Como los rayos de luna.

Muchos la deseaban y perseguían, soñando con mirarla tan solo un instante, de lejos quizás, pero en esas noches oscuras no se dejaba ver. «Quizás mañana… quizás mañana aparezca», se decían. Pero era imposible saberlo. Solo podían esperar y desear y desear y esperar hasta que apareciera, aunque fuera un segundo.

Pero nadie puede atraparla, porque la Inspiración… la Inspiración es un rayo de luna.

***

Hoy os iba a escribir un artículo sobre la inspiración, pero no llamaba a mi puerta. ¡Qué ironía, amiguis! Justo cuando la necesitas se va y te quedas mirando el folio en blanco, esperando a ver si aparece por arte de magia. Para un escritor, un artista, etc. puede ser muy frustrante y os quería dejar superconsejitos para animaros, but then again, I’m not one to talk. Para mí, lo mejor es sentarme y escribir o dibujar, lo que sea, porque al menos practicas y haces algo y quién sabe… quizás viene a hacerte una visita.

Creo que además nos exigimos demasiado, queremos que nuestras obras sean únicas, innovadoras, pero como dicen, ya está todo inventado y en la mayoría de los casos lo que marca la diferencia son los pequeños detalles. No hay por qué complicarse, empezar por lo simple es lo mejor. Por ejemplo, dibujar a mi gato, está ahí siempre, cuqui, precioso, lo tengo muy visto, pero no me canso de mirarlo, porque sigue siendo cuqui, bonito y lo más precioso de este mundo. Así que ya tendré tiempo de hacer un Picasso algún día, pero la belleza de mi gato panza arriba… para mí capturar esa belleza tan cotidiana y sencilla a simple vista también es interesante. ¿Hay muchos dibujos de gatos ya? Sí. ¿Todos son cuquis y preciosos? Probablemente. Pero ninguno de esos dibujos es de mi gato panza arriba desde mi punto de vista. Quizás para otros no sea lo más interesante, pero será cuqui y precioso 100 %.

Y aquí me despido, sin pastel y sin amor, porque como escribió Bécquer «¡El amor!… El amor es un rayo de luna». Y el pastel también muajajajajjajaja.